Conversaciones con Peruco, el árbol del parque
La primera vez que lo vi fue amor a primera vista, encantada
estaba de contemplarle, árbol precioso con raíces enormes, ramas exuberantes,
ahí en mitad plantado como un enorme maestro al que acuden sus alumnos. Le pedí
permiso para sentarme en sus raíces y, ante ello, noté como me susurraba, ¡guau
que energía de paz! Ha sido con él, junto a él cuando he notado la unión, ser
parte de un todo. Increíbles sensaciones, llenas de gratitud, serenidad,
confianza, es decir, todo lo que procede del amor.
Cuando comenzó a susurrarme no podía más que tomar nota de lo
que él me decía y, así poder compartirlo, porque sus palabras y su sabiduría son
dignas de ello. Os presento a Peruco, el árbol del parque y, en este artículo,
os quiero mostrar algunas de mis conversaciones con él que pueden servir para
el cambio de consciencia. Tener presente que es un alma sabía y por favor
comentar qué os parecen sus palabras. Creo firmemente que existe mucha sabiduría en lo que dice, en su recorrido como alma enraizada en la Tierra, espero
que os gusten y que os inspiren sus palabras.
Conversaciones con Peruco (El
árbol del parque)
1º parte.
Vanesa: ¿Eres tú el que me hablas
árbol?
Árbol: ¿Quién sino? Estás encima
de mí y he sentido que me pedias permiso para ello. Por tanto, he decidido
enviarte mis pensamientos. Claro está ¿si los deseas?
Vanesa: Siento una energía tan hermosa, tan llena de paz y firmeza… No
puedo decir que no. ¿Cómo me dirijo a ti?
Árbol: llámame Peruco (por ponerme un nombre, sentí que era más mi
necesidad que la de él como árbol dirigirme a través de un árbol, a partir de
ahora le llamaré así)
Peruco: He sentido posarse en mis ramas y en mis raíces al amor y
también a la violencia. He percibido compasión y, por otro lado, angustia e
ira.
He visto el horror y el pánico en los otros y, además, la bondad
más infinita. He sentido la paz y la violencia en sus estados más libres. Y por
eso siempre me pregunto: ¿para qué el ser humano se empeña en desviar la
balanza hacia el mal pudiendo desviarla hacia el bien? Y te diré que pienso que
todavía tenéis solución, por lo menos, aquellos que reaccionáis a los actos de
amor con agradecimientos, aquellos que creáis que a todas las almas se les ha
de mantener el respeto. Respeto en cuanto a condición, respeto en cuanto a
forma física, respeto a su carácter y acciones.
A los humanos os cuesta tomar consciencia de esto y tenerlo
presente en el día a día. Cuando os baja la vibración entra en vosotros el
miedo y con ello la crítica, la envidia, el victimismo y el buscar o el
encontrar la diferencia. Y es porque os reconocéis diferentes por lo que ese
respeto no es constante. Si nada más os enfocáis en todo acto y en todo ser
destacando su verdadera esencia. Podríais, si querríais dejar a un lado al ego.
Conversaciones con Peruco (El
árbol del parque)
2º parte
Vanesa: Peruco, lo difícil desde mi punto de vista es dejar a un lado
al ego…además en su momento me dijeron los maestros que era algo que venía
impuesto para el ser humano…
Peruco: Sí, pero eso no quiere decir que no podáis actuar de una forma
u otra con ese ego. No os dais cuenta que reconocéis perfectamente el bien y el
mal, el amor del miedo y podéis actuar de manera diferente si tomáis
consciencia de ello desde vuestra esencia más pura.
Aunque los humanos necesitéis de las escalas para poder entender
el mundo que os rodea lo único que debéis de saber y reconocer es que todos en
esencia somos iguales. Todos estamos en el momento presente aquí y ahora para
subir la vibración del universo y que de alguna manera nos creamos uno porque
en realidad somos uno. Es la falta de la creencia de que somos uno la que
provoca la diferencia.
La decisión a la hora de actuar es lo que os puede
“diferenciar”. Entre nosotros los árboles no existe la diferencia, cada uno de
nosotros nos vemos bellos y reconocemos al de al lado como una extensión de
nosotros. Si a un árbol al que tenemos cerca lo notamos enfermo, todos los de
su alrededor nos unimos en energía para mandarle alimento y sanación. Él no lo
tiene que pedir, nosotros lo percibimos, nosotros lo sentimos y no nos
preguntamos cuánta energía nos faltará por enviársela a él. Lo hacemos sin
pedir y sin esperar nada a cambio.
¿Cuánto de lo que hacéis en vuestro día a día no busca un fin y
sí muchas expectativas de recompensa? ¿Cuánto de cómo actuáis viene respaldado
por el amor?
Conversaciones con Peruco (El
árbol del parque)
3ª parte
Vanesa: Peruco, te veo precioso
con todas las flores que te han salido.
Peruco: Maravilla de ser, gracias por querer comunicarte conmigo,
siempre que lo quieras hacer y tenga respuestas para tus preguntas te las
compartiré estés donde estés, aunque sea en la distancia.
Vanesa: ¿Qué me quieres
transmitir hoy Peruco?
Peruco: Lo que quiero es preguntar ¿por qué teniendo pies, manos y
movimiento en vuestra vida como cuerpo físico, os quedáis donde no os sentís
queridos y no os valoran? ¿Qué os hace estancaros si yo desde aquí sin “apenas
movimiento” (quiere que nos demás cuenta que él también se mueve y crece tanto
hacia arriba como hacia abajo) aprendo y comparto cada día? El aprendizaje y la
evolución se ha de llevar en el alma. Siento que os puedo regalar valentía
simplemente con el imperativo: ¡Moveros!
Vanesa: Sí Peruco, yo al igual
que tú creo que hay que moverse cuando uno se encuentra estancado, cuando no se
siente feliz con lo que tiene y en donde se encuentra, pero a veces no es tan
sencillo para nosotros los humanos. Aquí las creencias, el ambiente en que nos
movemos o de donde venimos nos limitan mucho. Unido a eso se necesita dinero y
de algo que intercambiar con otros para poder sobrevivir (sigo explicándole
desde mi punto de vista porque en ocasiones no nos movemos…) Además de ello hay
que sentirse con confianza interior para emprender nuevos retos y las heridas
que guardamos a causa de nuestras experiencias pasadas no ayudan.
Peruco: No entiendo bien, ya que el universo es infinito y provee…
¿valoráis a vuestros hermanos como una extensión de vosotros mismos? ¿Agradecéis
el oxígeno, el agua, la tierra y todos los elementos? ¿Tenéis integrado el
sentimiento de ser abundante?
Vanesa: Cada día trabajo en ello Peruco, aunque a veces me desvió dejándome llevar por el miedo y la expectativa a no ser suficiente y merecedora; creo que eso es lo que más me limita.
Peruco: Me gustaría entender ese ego que habla por ti y supongo que,
por los otros como tú, yo siento la abundancia en todo mi ser, siento
agradecimiento por poderme expresar a través de ti, por la luz y agua que
recibo a través de mis raíces y mis ramas acompañado con todo eso que me une al
todo. ¿Puede ser que el “problema” sea que no estáis enraizados a la Tierra,
que no sentís su latido y os creéis independientes?
Os aconsejo que no tanto estudies como relacionaros con la madre
tierra y salgáis más de casa, que os dé el sol y el aire en vuestro cuerpo, que
os quitéis los zapatos en la naturaleza y que os abracéis a un árbol para
dejaros impregnar de su energía que no es menos que la energía del todo.
4º Parte Conversaciones con Peruco (El árbol del parque)
Vanesa: ¡Buenos días Peruco! Que bien poder disfrutar de tu compañía hoy
(miro de nuevo lo hermoso que es, me fascinan sus raíces y él comienza a
susurrarme).
Peruco: No hace falta que mires hacia arriba o hacia abajo; no hace
falta que mires fuera para sentir todos los elementos en ti. Tú eres aire, tú
eres Tierra, tú eres fuego y también agua. Eres parte de un todo y el todo es
parte de ti.
Vanesa al estar sentada en mis raíces, toda la sanación de los
elementos, llega a ti. Gozo de muchos años en esta vida, enraizada como alma en
la tierra, alimentándome de su agua, refrescándome con su aire y sintiendo el
fuego del sol en mis ramas. Gozo de muchos años como árbol en este Planeta y lo
que más admiro del humano es su capacidad para levantarse; lo que más rechazo
de él, es su autosabotaje.
He visto como se han empoderado personas simplemente queriendo
ser empoderadas. He visto como se han destruido simplemente con sus pensamientos.
No os dais cuenta que yo como árbol me siento conectado al todo y que cuando os
encontráis cerca de mi e incluso lejos (si ya os conozco) puedo escuchar
vuestros pensamientos; aunque he de deciros que, en ocasiones, cuando os
manipuláis todos a la vez en un mismo espacio del “tiempo” hago oídos sordos.
La mayor parte del tiempo os envío luz y pido a los seres que me rodean que os
aporten rayos de brillo en vuestra oscuridad.
Vanesa: Peruco, ¿al hacer esto no te baja la energía? ¿por qué dar luz
a aquellos que no te lo piden constantemente?
Peruco: La energía se recarga con ayuda de los elementos y con la ayuda
de otros seres. Somos parte de un todo y por ello, hemos de contribuir con luz
ante la dualidad y la oscuridad. En ocasiones, hay que actuar desinteresadamente.
Vanesa: Ya, pero… ¿cómo mantener alta en todo momento nuestra energía
para contribuir al igual que tú a iluminar los momentos de oscuridad de otras
personas o seres?
Peruco: Como alma en la Tierra en conexión constante con el Cielo os
invito a que de vez en cuando os abracéis fuertemente a un árbol sea de la
dimensión que sea, pongáis vuestra frente sobre su tronco y le digáis
mentalmente: “Te reconozco, te acepto y, por ello, te pido la sanación de mis
cuerpos a través de ti.”
Después dejaros sentir (nadie os mira y el que mira siente
envidia por no ser él el que lo haga). En ocasiones, al hacer esto, sentiréis
paz; otras veces sentiréis energía en alguna parte del cuerpo, en todas o más
allá de él. Cuando tenéis que sanar alguna dolencia o emoción muy concreta
sentiréis movimiento en alguna parte de vuestro cuerpo físico. El tiempo adecuado es el que necesitéis, el
que sintáis. Todo está bien, todo es
perfecto y la perfección está en ti.
¡No te infravalores
mi dulce alma (tú al igual que todos los seres humanos que estáis en este
“espacio tiempo2), eres un ser luminoso y grande; ten presente que estás de
vuelta para ayudar con tu energía al planeta Tierra y al universo existente!”
¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias Peruco!
¡Un saludo para ti querido lector, querida lectora!! Muchas
gracias por leer este artículo en mi blog. Te invito a que si te ha gustado
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Vanesa Garin ¡Aquí y ahora!
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